Un nuevo estudio revela que, al contrario de lo que parecía en un principio, Rosetta detectó signos de un arco de choque en plena formación en el cometa que exploró durante dos años. Se trata del primero observado en el Sistema Solar. Entre 2014 y 2016, la sonda Rosetta de la ESA estudió el cometa 67P Churyumov-Gerasimenko y sus alrededores desde distintas perspectivas. Atravesó directamente el “arco de choque” en varias ocasiones, tanto antes como después de que el cometa alcanzara el perihelio, por lo que tuvo una oportunidad única para realizar mediciones in situ de esta misteriosa porción del espacio.
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